Lo que duele no es la tristeza, lo que duele es atraparla dentro.
Deja de atraparla...suéltala, que salga!
Déjala llover, déjala llorar, déjala pintar y rayar,
déjala escribir, amasar, esculpir y dibujar;
déjala llorar de vuelta.
“Déjala” sin dejarla.
Déjala que corra, déjala correr mientras la acompañas.
Dile que ahora duele y mucho, pero que confíe en ti, que mientras más fluya con compañía, menos luego dolerá.
Hazle saber que no es mala, que no te despedazará, que entiendes que le duela mucho. Que estás aquí con ella, que la abrazas, tanto como lo necesitas quizás de alguien más.
Abrázala hasta que se evapore*, hasta el día siguiente; todas las veces que sea necesario.
*𝚂𝚒 𝚜𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚙𝚘𝚛 𝚍í𝚊𝚜 𝚍𝚎 𝚍í𝚊𝚜 𝚗𝚘 𝚜𝚎 𝚟𝚊, 𝚗𝚎𝚌𝚎𝚜𝚒𝚝𝚊𝚗 𝚎𝚕 𝚜𝚘𝚙𝚘𝚛𝚝𝚎 𝚍𝚎 𝚞𝚗 𝚙𝚛𝚘𝚏𝚎𝚜𝚒𝚘𝚗𝚊𝚕, 𝚊𝚕𝚐𝚞𝚒𝚎𝚗 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚎 𝚊𝚢𝚞𝚍𝚎 𝚊 𝚎𝚜𝚌𝚞𝚌𝚑𝚊𝚛𝚕𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚜𝚞 𝚐𝚒𝚐𝚊𝚗𝚝𝚎𝚣 𝚢 𝚌𝚘𝚗 𝚜𝚞 𝚟𝚞𝚕𝚗𝚎𝚛𝚊𝚋𝚒𝚕𝚒𝚍𝚊𝚍.
Diana Dávila
Directora de paraCaídas💞
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